El Gobierno busca regular las redes sociales

El presidente Alberto Fernández volvió a reflotar el tema de “regular las redes sociales” en el marco de parar con el “discurso del odio”.

Alberto Fernández se muestra a favor de "regular los discursos de odio en las redes sociales" y llevó este discurso hasta su viaje a EE.UU . En su intervención ante la ONU ocupó varios minutos en hablar sobre el atentado contra la vicepresidenta.

En conferencia de prensa manifestó "tras la pandemia, se ha generado un desánimo social muy grande en todo el mundo y ese desánimo es aprovechado por sectores reactivos, a veces son más de izquierda, a veces más de derecha, pero parece estar prevaleciendo los de derecha y promueven un discurso realmente confortativo y un discurso de odio que a veces penetra en la cabeza de mucha gente y esto es un problema que tenemos y que tenemos que afrontar".

En cuanto al “desánimo” al que se refiere el Presidente, no habló una sola palabra sobre como cayó la imagen del Gobierno tras el VACUNATORIO VIP y mucho menos hizo referencia a la fiesta de cumpleaños de su mujer Fabiola Yañez en plena cuarentena estricta que él mismo había ordenado, haciendo referencia a que se iba a acabar la Argentina de los vivos.

El presidente avanzó sobre el tema de la regulación de las redes sociales para evitar el mensaje del odio. "Hablé de la necesidad de regular de algún modo el uso de las redes sociales, para que allí deje de circular el discurso violento y el discurso del odio y me parece que eso es lo que tenemos que hacer como sociedad, porque nadie quiere lo que le paso a Cristina", expresó Fernández.

Alberto Fernández no solo busca cargar contra los medios, sino que además ahora busca “regular” la opinión de los argentinos.

A fin del mes de marzo se había dado señales sobre estar trabajando en un proyecto para el uso de las redes sociales. “Vamos a profundizar los lineamientos centrales del uso de las redes sociales. Estamos trabajando en un proyecto pionero que propone un pacto para el buen uso de las redes sociales y que dejen de intoxicar el espíritu de nuestra democracia”, sostenían entonces desde el Gobierno.