Desde la plataforma CHANGE.ORG se lanzó una movida virtual para que el Cañuelas de una vez por todas se termine con la pirotecnia sonora.
“Ya es hora de evolucionar” solicitan desde la plataforma. Previo a dejar la firma en la solicitada, se explica que: “Dado que la pirotecnia sonora no cumple ninguna función, sino que altera niñxs con autismo, adultos mayores, y animales. Provocando un sufrimiento atroz e innecesario. Pedimos que se prohíba su uso, y que se promuevan otras prácticas que no generen malestar en terceros. Estamos en el año 2021 cabe recordar..consideremos que ya es hora de evolucionar”.
En Cañuelas se continúa postergando el proyecto de regularizar el uso de pirotecnia. Por otra parte, tampoco se realizaron durante el año las campañas de concientización que se habían prometido.
Según la OMS el límite de sonido, recomendado para que no produzca daño a la salud, es de 65 db (decibeles).
El organismo ha elaborado un listado de ruidos con sus correspondientes niveles en decibeles, siendo algunos de ellos:
Discoteca, petardos, pirotecnia, 110 db ; entre otros
Ya se ha comprobado que la pirotecnia sonora es muy mala para personas con sensibilidad auditiva, los chicos con autismo, los veteranos de guerra y los animales, entre otros. Pero acá seguimos como si nada.
La dinámica de los días festivos expone a los animales a sufrir estrés por exceso de ruido y explosiones. Debido a su sensibilidad auditiva, los ruidos fuertes pueden causarles pánico y provocar conductas no habituales como escapar sin rumbo y perderse, lastimarse, o lastimar a las personas. Además, pueden padecer palpitaciones, taquicardia, jadeo, salivación, temblores, sensación de insuficiencia respiratoria, aturdimiento y pérdida del control, entre otros.
“La pirotecnia afecta especialmente a los niños con condición del espectro autista, que tienen una hipersensibilidad a los sonidos en general. Esto tiene que ver con unas conexiones entre la amígdala y la corteza cerebral que están disfuncionadas y esto hace que frente a mínimas cuestiones sonoras, estos niños las perciban y reaccionen” indicó la médica psiquiatra Andrea Abadi.