El 19 de agosto es el “Día Nacional de la Lucha contra el Síndrome Urémico Hemolítico (SUH)”.
El objetivo es generar conciencia sobre esta patología que afecta, principalmente, a niños y niñas menores de 5 años (aunque puede afectar a cualquier persona).
El SUH puede llegar a ser fatal hasta en el 3% de los casos y dejar secuelas renales crónicas posteriores en el 50% de los sobrevivientes
“La transmisión del SUH se da principalmente a través del consumo de alimentos y agua contaminados. Las carnes mal cocidas, lácteos no pasteurizados, las verduras crudas mal lavadas, la contaminación cruzada (al usar la misma superficie o utensilios para lo crudo y lo cocido), el uso de agua no potable, las manos contaminadas (contagio de persona a persona) y bañarse en aguas contaminadas son las principales vías de infección”.
Los principales síntomas que sugieren la enfermedad incluyen, entre otros, diarrea con sangre, dolor abdominal, vómitos, palidez, alteración de la conciencia, disminución de la orina y convulsiones.
Ante estos signos, se debe consultar al pediatra o acudir al centro de salud sin automedicarse
Medidas de prevención del SUH:
- Cocinar bien las carnes: asegurarse de que las carnes, especialmente la carne picada, estén completamente cocidas, sin partes rosadas ni jugosas en su interior.
La bacteria que causa el SUH muere a más de 72 °C, por lo que es crucial garantizar una cocción adecuada.
Se debe tener especial cuidado con productos como hamburguesas finas o albóndigas pequeñas, que deben cocinarse completamente. - Evitar darle carne picada a menores de 5 años: Ellos carecen de los niveles de defensa suficientemente desarrollados a nivel intestinal, lo que puede provocarles desde diarreas graves sanguinolentas hasta insuficiencia renal y dejarles secuelas graves para toda la vida.
- Evitar embutidos caseros: no consumir embutidos sin rotulación adecuada, ya que podrían no cumplir con los estándares de seguridad necesarios.
- Lavarse las manos correctamente: lavarse las manos con agua y jabón antes de comer, manipular alimentos, después de tocar alimentos crudos, y luego de ir al baño o cambiar pañales. Esto es fundamental para evitar la transmisión de bacterias.
- Prevenir la contaminación cruzada: usar superficies y utensilios distintos para alimentos crudos y cocidos. Evitar el uso de mesadas y tablas de cortar de madera, que pueden retener bacterias. Las frutas y verduras deben lavarse con agua segura antes de su consumo.
- Mantener la cadena de frío: es esencial mantener la cadena de frío de los alimentos desde su compra hasta su consumo para evitar el crecimiento de bacterias.
- Descongelar los alimentos en la heladera, no afuera: Nunca volver a congelar los alimentos ya descongelados.
- Consumir lácteos pasteurizados: optar siempre por productos lácteos pasteurizados, ya que el proceso de pasteurización elimina posibles bacterias contaminantes.
- Utilizar agua segura: usar solo agua potable para beber, cocinar y lavar alimentos. Si hay dudas sobre la potabilidad, se recomienda agregar dos gotas de lavandina por litro de agua y esperar media hora antes de usarla, o hervir el agua durante un minuto.
- Higiene en la alimentación infantil: en caso de usar mamaderas, es crucial lavar bien los utensilios y las manos con agua segura, evitando que la leche permanezca a temperatura ambiente por más de dos horas. En lo posible, se aconseja mantener la lactancia materna en niños pequeños.
- Seguridad en lugares de recreación: asegurarse de que las piscinas y ríos, donde se nada, sean aptos para uso recreativo y no estén contaminados.