Emily sonríe, siente que puede y eso nos llena de esperanza a todos los que seguimos desde el día cero los pasos de esta niña.
“Esta mañana en un momento en que el dolor se apaciguó y le dio tregua Emy pidió sentarse y por un ratito pintar un cactus que llegó de regalo...” manifestó su familia en la cuenta oficial @miayudaparaemily . Ella lo que no sabe es que ese cactus se lo enviaron sus primitas que la esperan para jugar afuera del Hospital San Juan de Dios en Barcelona.
También fue un día en el que David, su Kinesiólogo le pidió que diera unos pasitos. Primero un poco de dolor en su rostro, las piernitas temblaban. Quiso parar en un momento, pero el impulso de los profesionales que la acompañan le hizo dar 3 pequeños pasitos que se festejaron como un Gol. “Sonrió, se sintió satisfecha, feliz. Se sintió que podía”, manifestó su familia.
Emily saca fuerzas de los lugares más insólitos en los momentos que más se necesitan, y esta no fue la excepción. Hasta su familia se sorprende como se sobrepone al dolor con apenas 7 años.
“Paciencia es la palabra más usada y vivida en estos días. Con paciencia mira el sol por la ventana y espera volver a disfrutar un día de plaza. Con paciencia mira la llegada de la noche y espera poder volver a dormir una noche entera sin despertar por el dolor o con náuseas”, dicen en un relato que conmueve. Los gritos de dolor de otros niños o las bombas de infusión hacen muchas veces que su descanso se interrumpa y esto es terrible.
Hoy también fue un día especial porque finalmente llegó la confirmación de que había una bacteria que afecta a su intestino. Al igual que sucede hace cinco años, esta vez la batalla de Emy tampoco será fácil. Lo mas positivo en todo esto es que ya se puede atacar a la bacteria con los antibióticos específicos y por su puesto sabiendo que su medula está produciendo glóbulos blancos que le permiten tener una “mejor defensa y poder recuperarse en menos tiempo”.
Amen Emy. Que así sea. Desde acá rezamos por tu pronta recuperación.