26/04/2024 - Edición Nº1969

Interés General | 12 dic 2016

Hermetismo en el Ejecutivo tras el alejamiento de Bejarano

A un mes de que lo desplazaran de su cargo como cura Párroco, Walter Bejarano habló con Cañuelas al día. Hasta hace muy poco era funcionario del Gobierno local en el área de adicciones, hoy sin parroquia, ni actividad sacerdotal, Bejarano asegura que el matrimonio oficial ya no le dirige la palabra.


A mediados del mes de Noviembre, Walter Bejarano confirmaba a Cañuelas al día que tenía órdenes de dejar inmediatamente la Parroquia de Cañuelas, donde se desempeñaba como Párroco y dejarle su lugar al Padre Virginio "Ginio" Isotton. 
 
Actualmente vive en casa de un familiar y asegura que se quedó sin parroquia ni espacios como para poder desarrollar la actividad pastoral. "Me acompaña mi familia, fue todo muy shoqueante".
 
Bejarano dice recibir llamados y mensajes a diario tras su alejamiento de la Parroquia, pero aún no tiene respuestas para poder explicar lo que sucedió. Comentó que a los pocos días de su salida, aparecieron publicadas "acusaciones infundadas" que lo dejaron sorprendido. "Todo esto me causa mucho dolor y tristeza" dice y agrega que a raíz de todo lo vivido está haciendo una terapia psicológica.
 
Bejarano había asumido en Noviembre de 2015 y enseguida comenzaron las quejas por su "estilo informal", "por su relación con la política local", "por ausencias en momentos que algunos fieles acudían a él", entre otras.
 
Cabe recordar que Bejarano hasta que se lo nombró Párroco, era funcionario del Gobierno de Gustavo Arrieta como Director del área de Prevención de Adicciones. 
 
Hasta el momento nadie puede responder, ni siquiera él si se trata de una sumatoria de situaciones o si algo más delicado colmó la paciencia del obispado, para tomar esta repentina decisión. Oficialmente, el Obispado de Laferrere - al cual pertenece Cañuelas - habla de que Bejarano presentó la renuncia. Él aun, dice no comprender y menos poder explicar, que sucedió para que se lo aleje de tal menara.
 
La misteriosa reacción del Ejecutivo: 
 
Pese a haber sido un hombre de confianza para Gustavo Arrieta y Marisa Fassi, ambos manejaron un gran hermetismo tras el desplazo de Bejarano, lo cual hace sospechar que "hay algo más que puede explotar en cualquier momento".
 
El expárroco asegura que ninguno de los dos se volvió a comunicar con él y dejó trascender que "cuando las papas quemas, se borran". 
 
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