Alejan repentinamente a Walter Bejarano de la Parroquia de Cañuelas

Llegó el final del ciclo del padre Walter Bejarano como Párroco de Cañuelas. Él había asumido en noviembre del año pasado en reemplazo de Mario Slongo. Previamente él era sacerdote en Máximo Paz y funcionario municipal a cargo de la Subsecretaría de adicciones, cargo al que debió renunciar cuando llegó su tiempo como Párroco.

 

Hace unos meses lo habían corrido de sus tareas en el Colegio Santa María. En comunicación con Cañuelasaldia.com.ar, Bejarano dijo que se vio sorprendido por el cambio tan repentino.

 

La relación entre Bejarano y el obispado no estaría en su mejor momento. Tanto es así que en la última foto de la página de Facebook del Obispado de Laferrere, ya no aparece Bejarano. 

 

Bejarano, se había comprometido para el miércoles 16 de noviembre a ofrecer una misa de reparación en el Cementerio Municipal para acompañar a todas aquellas personas que se vieron afectadas por los saqueos a tumbas que hubo en el lugar. A partir de la decisión que tomó el Obispado, el padre Walter le pidió al Padre Alejandro Delorenzi que se haga cargo de la misa a la que se había comprometido, pero aún no se sabe qué pasará con esta misa programada.

 

En reemplazo de Bejarano y aparentemente de forma provisoria, el sacerdote Virginio Isotton. Reconocido en nuestra localidad y polémico por una causa que lo mantuvo alejado de la comunidad por varios años. 

 

En el año 1999 lo denunciaron un grupo de madres por presunto “Abuso Sexual” a sus hijas y fue apartado de su cargo en la parroquia Nuestra Señora de Fátima, ubicada Santa Rosa. En el 2011, la jueza María Florencia Butiérrez, del T.O.C N° 3 de La Plata, lo absolvió. Dijo sobre el sacerdote que posiblemente “fuera inapropiado en sus muestras de cariño y que ello no fuera bien recepcionado por las niñas que estaban creciendo. También es verdad que el padre no había nacido en esa localidad y por ende no tenía por qué conocer o compartir sus usos y costumbres y en especial, sus particulares creencias, como por ejemplo, la prohibición absoluta de sentar niñas en su falda para confesarlas” (Fuente: El ciudadano). La jueza entendió que no se pudo acreditar que se trate de un abuso deshonesto, sino que se puede interpretar como un exceso de cariño que confundió a los habitantes de un “pueblo eminentemente conservador” que poseía “arraigados valores morales y religiosos”. En septiembre de 2007, frente a una perito social de La Matanza, el denunciado pidió que “se aclare mi situación ya que la misma significa una carga al no estar resuelta”. Fue absuelto. 

 

En el día de hoy, Bejarano firmó la entrega del acta de la Parroquia. "Me voy hoy" dijo y prometió volver a hablar y dar mayores detalles cuando "se le pase la tristeza".